El concepto “desarrollo sostenible” es cada vez más utilizado e implementado, tanto por las empresas como por las administraciones, conscientes de la imperiosa necesidad de equilibrar el progreso y el crecimiento de nuestra sociedad con una política respetuosa con el medio ambiente. 

Esta creciente sensibilización hace que tengamos a nuestro alcance una gran cantidad de información sobre ecología, procesos de reciclaje y métodos para reducir la contaminación, así como energías renovables que a medio plazo deben sustituir a los combustibles tradicionales.

En este sentido, es ampliamente conocido el problema que generan los residuos urbanos, tanto en su recogida como en su tratamiento posterior con el fin de obtener productos reutilizables, reduciendo al mismo tiempo el impacto medioambiental.

Uno de los residuos urbanos más contaminantes es el derivado del consumo de aceites domésticos que, una vez utilizados son, a menudo, vertidos de una forma sistemática a la red general de alcantarillado.

Esto provoca diversos perjuicios:

  • La contaminación del medio ambiente si no se procede a una depuración especial de las aguas residuales.

  • Costes añadidos en el mantenimiento de la red de saneamiento de las aguas residuales.

  • Altos costes de mantenimiento para las plantas depuradoras que los procesan.

El residuo de aceite doméstico que se genera en España es aproximadamente de 6 litros por habitante y año, aunque hay zonas en las que, por sus hábitos de utilización, esta cifra puede llegar hasta 10 litros por habitante y año.

Si sumamos estas cifras al hecho que 1 solo litro de aceite puede contaminar mas de 1.000 litros de agua, queda claro que - legal y moralmente - la sociedad está obligada a proporcionar un tratamiento adecuado a los residuos y a darles una salida que ayude a reducir su impacto en el medio ambiente.

Para conseguirlo, hay varios factores que deben entrar en juego: ciudadanos, empresas dedicadas a la recogida y el reciclado del aceite, así como la Administración. Todos deben poner de su parte para completar el proceso.


 Proyecto ECOIL

En este sentido, ECOIL contribuye en este proceso, recogiendo el aceite en puntos de recogida autorizados, escuelas, restaurantes, bares y demás localizaciones estratégicas, tratando los residuos y  complementando esta actividad con un programa educativo y de sensibilización dirigido a la ciudadanía, implicando de esta manera a todos y cada uno de nosotros.

Aunque todavía exista cierto desconocimiento acerca del impacto que tiene el aceite de cocina usado en nuestro entorno, está catalogado como residuo (Código: LER 200125), y tiene efectos muy perjudiciales para el medio ambiente si no se le aplica el tratamiento adecuado.

El objetivo de ECOIL es aumentar nuestra red de recogida de aceite vegetal usado a la comunidad de Andalucía y Extremadura para prestar servicio a la hostelería y a los ayuntamientos de una forma planificada, dinámica y eficiente, implicando y sensibilizando a los ciudadanos de su papel vital en este proceso, y convirtiendo lo que supone un grave perjuicio para el medio ambiente, en una energía limpia y renovable.

Llevando a cabo esta labor conseguimos cinco beneficios principales:

- Estamos facilitando al productor del residuo y a la Administración, la recogida y  gestión del aceite vegetal usado.
- Contribuimos a evitar la contaminación provocada por los aceites usados.
- Obtenemos mediante la conversión del aceite usado a biodiesel, una reducción del consumo de combustibles tradicionales, disminuyendo así la contaminación.
- Incrementamos y potenciamos un sector creciente y vital en nuestra sociedad creando con ello nuevos puestos de trabajo.
- Lograr posicionar a nuestras comunidades como líderes en el sector de las energías renovables y de reciclaje de residuos contaminantes.

 

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